Dentro de las miles de cosas que se pueden aprender, hay una que no, y esa es el estilo. El estilo se tiene o no, es como una cualidad más, que late en el interior de aquellos que la poseen. Lo que sí se puede aprender es el buen gusto, a través de las buenas maneras, de aprender a diferenciar las buenas calidades de las malas, a reconocer lo interesante de lo absolutamente banal, y al aprender a ser objetivos con todo aquello que vemos.
Una de las cosas que más puede nutrir nuestra vida, nuestra mente, y por lo tanto también nuestro buen gusto y que ayudará a consolidar el estilo de cada uno, es el viajar. Cada semana cuando salimos a la calle, es normal encontrarnos con extranjeros que visitan Granada y se enamoran de ella. Estos viajeros, vienen admiran y se van, pero al mismo tiempo su estilo puede dejar huella en todos aquellos que los vemos pasear por la ciudad. Pero para eso, los lugareños, debemos estar también atentos a todo lo que pasa a nuestro alrededor y ser un poco turistas en nuestra propia ciudad y disfrutar de todo lo que en ella acontece. Todo aquello que veamos y nos llame la atención o emocione, nos aportará.
Así que salid a la calle y disfrutad de la ciudad como si fuera la primera vez que la vierais.
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